Relato: NANA (Parte Primera)
Cuando despertó tenía la cabeza cubierta con una bolsa de plástico y algo metido en la boca, un trapo o algo así...
Estaba atada a una silla.
Comenzó a agitarse frenéticamente...
Alguien le quitó la bolsa. Durante unos instantes no pudo ver con claridad. Su vista fue aclarándose, poco a poco. Estaba en una habitación negra, cubierta de plásticos. Frente a ella había una vieja mesa de madera, llena de lo que parecían vulgares herramientas y un único, pero potente, foco de luz.
Unas manos se posaron en sus hombros mientras, desde detrás de su cabeza, un rostro enmascarado descendió hasta la altura de sus ojos.
-Veo que ya estás despierta, dormilona... Ya iba siendo hora.
Nana se agitó aún mas, mientras la figura enlutada se colocaba frente a ella.
Llevaba una especie de neopreno ajustado, completamente negro. Sus formas eran rotundamente femeninas, voluptuosas. La máscara que cubría su rostro era blanca, con unos labios pintados de rojo sangre intenso y otros detalles igualmente pintados, como cejas y tirabuzones negros. El orificio izquierdo estaba decorado con líneas ondulantes de color escarlata.
-Apuesto a que no tienes ni idea de por qué estás aquí, me equivoco?
Nana seguía agitándose como una lombriz en un cebo. Gemía como un cerdo en un matadero, incapaz de articular palabra a causa de su mordaza.
-Ah, claro, es verdad... Qué tonta soy... Así no puedes contestarme, claro. Espera, déjame que...
La figura estiró uno de sus brazos y sacó el trozo de tela de la boca de Nana.
-Hijadeputa! Qué coño te crees que estás haciendo??? Ya puedes desatarme ahora mismo si no quieres meterte en un lío de cojones!!! Mecagoenlamadrequeteparió!!!
Una sonora bofetada fue la única respuesta. Nana, tan sorprendida como dolorida, permaneció en silencio, jadeando.
-Ya? Estás mas tranquila? Veo que eres tan maleducada como me habían contado...
-Cabrona... -Susurró la cautiva mientras la miraba con ardiente desprecio.
-No aprendes, eh? Bueno, soy una persona muy paciente... Podría decir que saldrás de aquí "aprendida", pero... Lo cierto es que no vas a salir de aquí.
-Qué coño estás diciendo??? Mira, como broma esto ya se pasa de castaño oscuro, haz el puto favor de desatarme y tengamos la fiesta en paz, vale?
-Me temo que esto no es ninguna broma... O si... Bueno, si, supongo que desde tu punto de vista si que podríamos considerar esto como una broma, una de las que a ti te gustan...
-Oye, de verdad... No tengo ni puta idea de lo que me hablas... Esto es una puta locura... Te estás metiendo en un lío de cojones... Haz el favor de soltarme y déjame que me pire...
-De eso nada, monada... Estás aquí para pagar. Y vas a pagar.
-Pero QUÉ COÑO ME ESTÁS CONTANDO, JODER?
-Lo que yo decía, no tienes ni idea de por qué estás aquí... Dios... Eres tan repulsiva...
-Repulsiva yo? Que te den por culo, hijadeputa!
Sin mediar palabra, el brazo de la figura descendió con celeridad sobre la rodilla de Nana. Esta sintió un pinchazo, una fuerte quemazón. Un destornillador de mango rojo le atravesaba su extremidad inferior izquierda casi a la altura de la rodilla, solo unos pocos centímetros por encima. Nana gritaba con fuerza. La enmascarada retorció la herramienta. La máscara miraba directamente a sus desorbitados ojos.
Retorció un par de veces mas antes de dejarla. Después se volvió y puso sus manos encima de la mesa de madera. Nana seguía gritando. Lloraba con rabia.
-Puedes gritar cuanto quieras. Llora, berrea... Desfogate. Aquí nadie va a molestarnos. Estamos solitas las dos, corazón...
Nana gritó durante minutos, hasta que le ardió la garganta. Después sus llantos se volvieron mas débiles y patéticos. Finalmente quedaron reducidos a un lagrimeo casi silencioso.
-Bueno... Ya estás mas tranquilita, verdad? -La figura se volvió y la miró. Ladeó su cabeza y añadió- Ay, ay, pobrecita. Cuanto sufre ella, pobre!
Nana gimoteó sonoramente. La silueta se le acercó y le dio unas palmaditas en el hombro.
-Bueeeeno, veeeeenga... Ya pasó, corazón... Tienes que ser una nena grande. Si acabamos de empezar...
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La verdad es algo muy bonito.