Tú siempre te fijabas en ellos y me retabas a ir. Yo siempre te decía que es mejor no jugar con el diablo. Tú te envalentonabas y decías que no podrían contigo, que a lo mejor les acababas comiendo el coco Tú a ellos...
Nos reíamos... Aunque yo menos...
Tu exceso de seguridad en este particular me inquietaba, hacía que un frío extraño y punzante me corriera por la espalda...
No se...
Después de tantos años, el cómo y porqué terminó todo... Lo que han hecho de nosotros... Lo que han hecho de Ti y de mi...
Supongo que al final el frío cristalizó, se hizo tangible y me destrozó las entrañas, el corazón...
El miedo se hizo real...
Y no puedo hacer otra cosa que culparme
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La verdad es algo muy bonito.