Día 922

Mi padre odiaba verme andar encorvado.



Él era un hombre fuerte, aguerrido y sacrificado. Lo daba todo por su familia. TODO. No era un hombre cariñoso... No te abrazaba, ni cosas así. Solo tenía ese tipo de gestos con mi madre. Sonreía poco. No reía nunca. Hablaba lo justo. Era educado y cortés. con todo el mundo, con los desconocidos y aún mas con los conocidos. Le recuerdo dejándose los codos a mi lado, después del trabajo, enseñándome a leer y escribir, matemáticas... A dibujar. Dibujaba muy bien, como su padre antes que él, pero no tenía esa inquietud. Simplemente era algo natural. Aunque recuerdo que las veces que lo hacía conmigo parecía disfrutar.

Pero odiaba verme andar encorvado.

Yo tuve problemas de salud de muy pequeño. Cosas de los pulmones. Mi madre no me dejaba salir mucho por eso. A mi me molestaba lo justo, porque tenía los tebeos y la tele. Y libretas y cuadernos para pintarrajear copiando esos tebeos y algunas cosas que veía en la tele.

Mi padre hubiera preferido verme en la calle, jugando con otros chicos. Haciendo deporte. Erguido, como él.

A veces, cuando caminábamos juntos, en lugar de cogerme de la mano, me sostenía por el cuello, no pienses mal, lo hacía delicadamente, como una madre a su cachorro, tratando de erguirme. Pero en cuanto me soltaba...

Supongo que no es mi naturaleza. No lo fue durante la mayor parte de mi vida...

Pero hubo unos años en los que si... En los que caminaba como a mi padre le hubiera gustado verme cuando aún vivía. Altivo, con la mirada en el horizonte y no en mis pies. Dispuesto a la lucha, a darlo todo...

Por Ella...


Se que se hubiera sentido orgulloso de mi y que la hubiera querido... La hubiera querido muchísimo por darme la fuerza para ser el hombre que él siempre quiso que fuera...

Ojalá nos hubiera visto...

Los últimos años yo iba a su tumba muchas veces. Muchas...

Me sentaba delante de su nicho. "Échanos una mano, viejo... Estamos luchando, pero el enemigo... el enemigo es fuerte..." 

Nuestra situación económica era paupérrima.

El dinero precipitó el regreso a casa de los padres, la separación. La separación dejó espacios por los que entrara la basura, la podredumbre... Me dejó a mi sin la fuerza que ella me daba. La fuerza que me otorgaba su abrazo, su sonrisa... El día a día.

Mientras un hombre se hunde, otros y otras le pasan por encima. Se mean en él...

Se mean en él.

Mi padre nunca hubiera dejado que a él y a mi madre les pasara algo así. Solo un cáncer que le comía medio cuerpo pudo separarle de los que quería.

Ningún hombre, ninguna mujer.. 




Lo siento, papa. 





J<3B

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La verdad es algo muy bonito.